Nuestra Villa

Un pueblo con carácter

Nuestra villa erige su caserío en los terrenos arenosos del sur de la provincia de Valladolid, a 22 kilómetros de la cabecera comarcal, Medina del Campo.

Una ubicación estratégica que ha marcado su devenir histórico, desde su origen hasta su conversión en la villa próspera, emprendedora y de marcada personalidad que es en la actualidad.

¿Qué hace único a El Carpio?

Esta una pregunta que todos, inconscientemente, nos hacemos cuando llegamos por primera vez a un lugar. Una buena respuesta es lo que dejará huella y conseguirá que se vuelva. Y El Carpio la tiene.

Sea lo que sea lo que busques, nuestra villa te lo ofrecerá. Podrás bucear en la historia a través de sus monumentos, tanto aquellos que se levantan lustrosos, como los reconstruidos o los desaparecidos.

Si eres de los que les gusta comer o disfrutar de una buena fiesta, el Carpio también será tu destino, pues está bien posicionado en el mapa de la provincia como una de las localidades más dinámicas en cultura y economía.

Y si eres de los que se complacen con la pureza de la naturaleza, encontrarás un cachito de ella en unos humedales que son como un patio de recreo para las aves acuáticas.

Un poco de historia…

Para comprender nuestra villa en el presente es necesario mirar siglos atrás en el pasado. El Carpio se levanta en al suroeste de la provincia de Valladolid, en una tierra que fue una antigua frontera, la que separaba el Reino de Castilla con el de León.

Una situación que quizás motivara la construcción del Torrejón entre los siglos X y XI en la mota que preside al pueblo. La impresionante panorámica que se obtiene desde lo alto lo convirtió en un importante punto de avistamiento defensivo.

Con los siglos El Carpio fue floreciendo como un lugar de paso y al cobijo de la Calzada Real que entroncaba Extremadura con Medina del Campo. El siglo XVI se convirtió en Villa de Señorío y se construyó su iglesia en estilo gótico isabelino.

Todo bien hasta que llegó el día más negro en la historia de El Carpio, un 25 de noviembre de 1809, cuando su caserío y monumentos fueron devastados a manos del Ejército Francés en plena Guerra de la Independencia Española.

Tragedia de la que nuestro pueblo supo levantarse con la perseverancia que le caracteriza. Llegó el ferrocarril y sus tierras se siguieron cosechando hasta convertir a El Carpio en una potencia agrícola de la provincia.